Limpieza de embarcaciones

   Se entiende por arranchar un barco a la limpieza y los preparativos necesarios después de la arribada. Dicho esto, todas las embarcaciones deben ser limpiadas con agua dulce cuando llegan a puerto para quitar todo el posible salitre que puedan haber acumulado durante la travesía.

   El secado de las embarcaciones, además de evitar las manchas que quedan cuando seca el agua dulce (cal, minerales, etc.); ayuda a preservar el gel coat, ya que el agua actúa como un intensificador de luz que abrasa más rápidamente el material, aparentemente es imperceptible, pero la frecuencia de ello lo evidencia.

   La limpieza de las embarcaciones nunca se debe hacer con cepillos o estropajos que rallen la superficie (arañan y dejan marcas que no se van si no es puliendo la embarcación (véase Pulimento de casco y Pulimento de Cubierta). La limpieza se realiza con cepillos muy poblados, a poder ser, de cerdas muy finas y flexibles.

   Los productos a utilizar deben ser no perjudiciales al medio ambiente, y, a poder ser, emplear los necesarios en función de la naturaleza de las manchas (óxidos, grasas, etc.).

   El acero inoxidable, a priori, tan sólo necesita la limpieza con agua dulce y su posterior secado (véase Tratamiento de inoxidables). Mientras que en la teca se deben utilizar productos especiales para ella para mantener la protección de la teca (véase mantenimiento de cubiertas) y su cepillado debe realizarse con el mismo cepillo que con el gel coat y siempre en sentido transversal a la veta de la madera, de esta manera conseguimos no profundizar en ella con las cerdas del propio cepillo y, por lo tanto acentuar la duración del tratamiento para la teca.