Fondos nuevos

   Se conoce como fondos nuevos al proceso mediante el cual se protege el gel coat de la obra viva para que no se vea afectado por el agua salada.

   El gel coat de por sí no es enteramente impermeable, por lo que, para aumentar su impermeabilidad se debe proteger con una imprimación resistente a esfuerzos, humedades y golpes de intensidad determinada. Por ello la más empleada en el mercado es la implimación de epoxy (polímero termoestable que se endurece cuando se mezcla con un agente catalizador o «endurecedor»).

   La obra viva de una embarcación nueva, por norma general y si no viene marcada por la casa, se consigue introduciendo la embarcación en el agua, estando ésta en máximo desplazamiento; se deja durante una semana y después se extrae para hacerle los fondos. Una vez fueza se puede percibir la línea de flotación marcada en el casco mediante organismos marinos. Se limpia con cuidado para no borrarla y, a continuación se lija toda la obra viva ya delimitada por la propia línea de aguas.

Una vez dicho esto, entendemos que una realización de fondos nuevos es intentar proteger la obra viva a base de imprimación de epoxy y antifouling, en ese orden. El orden es importante ya que la primera es una pintura de dos componentes y la segunda monocomponente, diferenciándose principalmente en la rigidez, dureza y finalidad de la pintura. Por ello si se pinta imprimación sobre antifouling, ésta arrancará la pintura de debajo, debido a las tensiones moleculares que se producen durante el secado de la misma.

En principio el método de protección suele depender del fabricante del material a utilizar, ya que es éste quien conoce el tiempo de secado en base a una temperatura mínima determinada y un porcentaje de humedad máximo aceptado (por norma general la resina de epoxy necesita una temperatura superior a 10º C.). No obstante el proceso básico suele ser:

  • mínimo 300 micras de imprimación de epoxy de alta densidad. Si este tratamiento de fondos proviene de una decapación previa (véase decapación de fondos), entre una y otra masillar los fallos que se aprecian con el brillo de la misma sobre la superficie. La imprimación no hay que dejarla secar demasiado (se aprecia con la pérdida de mordiente en la pintura). De lo contrario las dos capas no se adherirán bien y se  desprenderá con el tiempo, en ese caso deberemos volvera a lijar de manera superficial la imprimación para matarle el brillo.
  • Una vez dada la última mano de imprimación y de igual manera que entre ellas, pendiente del tacto de la pintura. Se procede con el antifouling (véase pintar antifouling).